CapÃtulo 2
Ambos paÃses se preparan para la guerra, los hombres, criaturas y robots han sido llamados a las filas, se realiza la administración del equipo, artilleria y suministros, los civiles se alejan de las fronteras. Y solo hay un objetivo, destruir a su adversario e implantar su gobierno o reinado. Los dos paÃses anhelan algo que el otro tiene.
El sur ,mientras tanto, lidiaba con algún posible aliado, un reino lejano, al otro lado del Mar Meridional, su nombre era el reino de Irisviel, un reino con una ideologÃa similar a Aikhamut, detesta la tecnologÃa y harÃa lo que fuera por destruirla. Y que más grande oportunidad de destruir la tecnologÃa que acabando con sus inventores, Aikhamed...
El mismo otoño Aikhamut y Irisviel firman un tratado de alianza durante la guerra de Chiqish a cambio de que Irisviel pueda comerciar con la zona conseguida si ganan la guerra.
Mientras todas las piezas están en el tablero, las tropas se reorganizan en el frente.
La coronel Fortune era uno de los más altos cargos de Aikhamut, desde muy jóven ha demostrado capacidades extraordinarias creadas para matar, su piromancia y su larga melena rojiza como el fuego de sus manos eran conocidos por todo el paÃs y con tan solo 23 años, ostentaba el cargo de coronel. Era una chica disciplinada que solo vivÃa por y para su paÃs. Ella se encargarÃa de organizar la primera batalla de esta guerra...
El invierno del mismo año, el dÃa antes de Navidad, la coronel bombardeó junto a sus hombres, una ciudad del norte, Piltavasa, muy transitada... muy poblada... Lo hizo con su arma favorita, ¡dragones! Dragones escupellamas con sus respectivos jinetes, y en el más grande y majestuoso se hallaba impasible la coronel Fortune. Los gritos de la gente se oÃan hasta en el inframundo, desgarradores, infernales, mortales... En pocas horas lo que era una ciudad llena de alegrÃa se convirtió en un cementerio sin lápidas a las que llorar, solo cenizas...
Este acto sólo llevó a más violencia, en pocas semanas, Aikhamed empezó a atacar cruelmente a la población civil mediante borbardeos aéreos mientres en la frontera se disputaba la batalla del RÃo de las Hadas donde trolls y robots, brujas y androides, luchaban hasta la muerte, la mayorÃa movidos por tres razones: la supervivencia, la venganza o la protección.